¿Sabías que la música podría mejorar tus relaciones sexuales? Y es que lo cierto es que la música nos ha acompañado en los mejores momentos de nuestras vidas. Posiblemente podamos asociar nuestro primer beso con una melodía, a un noviazgo con una canción, incluso a muchas de las personas que conocemos, debido a que nos recomiendan grupos y canciones. Por eso, música y sexo tienen una estrecha relación ¿Por qué es asi?
Un estudio llevado a cabo por el psicólogo Daniel Müllensiefen (Universidad de Londres), al que ha llamado Sciencie Behind The Song, en relación con la relación que hay entre el sexo y la música ha obtenido resultados, como mínimo, curiosos. 4 de cada 10 encuestados aseguran que la música es capaz de estimular mucho más durante el acto sexual de lo que lo hace el tacto.
Música y sexo ¿Qué tienen que ver?
La música tiene una gran capacidad de hacer que nuestra mente viaje en el tiempo: atrae escenas y nos provoca. En relación con el erotismo, la cosa no es muy diferencia. Estimula las sensaciones de la sexualidad humana con una gran efectividad.
Hay muchos elementos que hacen que asociemos la música con el sexo, aunque es verdad que son más bien construcciones culturales que rasgos objetivos. Gran parte de la culpa de que nuestra mente haga tal asociación se debe al cine, a la televisión y a la pornografía. Asociamos ciertos tipos de músicas con escenas subidas de tono.
Otro estudio, llevado a cabo por la Universidad de Londres, recopiló a 2000 usuarios de Spotify, con edades comprendidas entre los 18 y 91 años, con el objetivo de intentar dar forma a un playlist que fuera ideal para mantener relaciones sexuales.
Este estudio concluyó que las canciones suaves, las que mantienen un ritmo continuado, sin distracciones, son las mejores para mantener encuentros íntimos. Sin embargo, no se recomiendan aquellas canciones que requieran de estar pendientes de las mismas, o que tengan algunos cambios de ritmo impredecibles.
También tienen especial interés otros rasgos, cómo la mínima diferencia en decibelios entre los sonidos más fuertes y los más débiles, o el poco uso del vibrato.
Pero hay que tener en cuenta que no a todo el mundo le entusiasma poner música para tener relaciones sexuales, por lo que nuestros gustos también interfieren en este tema.
Quizá deberíais probar a ver qué pasa: elegid una canción que os guste, que no requiera vuestra atención y disfrutad de esa noche.